Profecía autocumplida

Los servicios y ventajas que nos ofrece la www hace que cada vez la usemos más y desde múltiples dispositivos. Leemos noticias, buscamos información que nos interesa, hacemos alguna compra, revisamos el tiempo para el fin de semana, …

En cada una de estas acciones estamos generando información sobre nosotros mismos, que pensamos , que hacemos e incluso que vamos a hacer. Por ejemplo, un analista con acceso a mis datos podría conocer con poco margen de error mis tendencias políticas, (bueno, esto no lo se ni yo ;-) le tendré que agradecer cualquier pista), mis gustos, si estoy pensando en comprarme un coche o el lugar donde voy a ir este fin de semana de escapada. Esto nos gustará más o menos, pero es así, tenemos que ser conscientes de ello; también da lugar para abrir muchos debates, y lo iremos haciendo en otros post.
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Un nuevo algoritmo de Facebook, puesto en marcha a comienzos de 2015,  filtra la información que recibo en base a los “Me gusta”, las interacciones pasadas y las denuncias de contenido.  Se han visto “obligados” a implantarlo, porque el número de posibles interacciones actual empezaba a resultar insoportable para el usuario. Lo que significa que hemos pasado de una comunicación directa con Facebook:



Es decir, lo que Facebook sabe de mí va a ser cada vez más no lo que yo hago, sino lo que interactúo con lo que Facebook me presenta como de mi interés. Lo que a su vez va a incidir en cómo Facebook me presenta la siguiente tanda de información, y así sucesivamente. Un filtro de este tipo va a tender a amplificar lo que veo más a menudo, y a reducir lo que veo menos, además con el sesgo inicial de que elijo sobre lo que se me presenta.

Puede generar casos de profecías autocumplidas: p.e. me gustan mucho el basket, el BI, la economía y la ciencia, a partes iguales; Facebook comienza por suponer que me gustan  basket y economía, y comienza a mostrarme más estas áreas,  que también son donde se generan más noticias, lo que proporcionalmente me llevará a más “me gusta” en estas áreas y a que se me muestre aún mayor proporción de las mismas: En el camino, Facebook perdió la oportunidad de conocer 2 de mis principales aficiones.  En mi caso personal, que comencé a usar Facebook más habitualmente en Marzo de este año, y por tanto les daba pocas pistas anteriores, el resultado es terrible, no concuerda prácticamente para nada con lo que me interesa ver realmente en Facebook (de hecho lo estoy usando menos por esta razón) y me ha hecho ser consciente además de que con lo que hago en la red social estoy “educando” a Facebook, por lo que mis movimientos van a ser cada vez menos espontáneos (por ejemplo no clico un “me gusta” a nada de basket para evitar que aún me muestren más post de los que ya me inundan).
El ejemplo de Facebook es actual, pero es uno más de tantos y no el más importante. Quizá en las siguientes generaciones, y por los efectos de estos filtros y de nuestra experiencia como usuarios, veremos cambios sustanciales en la calidad de la información que podemos extraer.

Dejando a un lado la nostalgia por la pérdida de internet como ese desván desordenado donde poder hurgar sin ser visto, ¿veremos una pérdida constante de la calidad de la información que internet suministra sobre nosotros? Porque si al final es así, el valor de las compañías del sector, y el propio sector, decrecerá tan rápido cómo se deteriore la información de que dispone, que no olvidemos es la mayor parte de lo que hoy justifica su valor.

Si algún publicista o marketer está pensando en venderme algo en base a mis preferencias de Facebook actuales, que sepa que, como decía la canción de Joan Baptista Humet“…no, no, ese no soy yo”.

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