¿Donde vas España?

El pasado jueves asistí a una conferencia en el IE de D. Daniel Carreño, Presidente y CEO de General Electric España y Portugal. La ponencia era básicamente un diagnóstico de la situación actual de España y las enormes posibilidades de mejora para el futuro. No le conocía personalmente pero como no podía ser de otra manera por el cargo que ocupa, D. Daniel resultó ser un auténtico crack: sencillo, muy claro, y absolutamente incisivo y demoledor en el análisis y las propuestas de mejora.

Su diagnóstico sobre el sector público fue exactamente el mismo que hemos ido desgranando en estos primeros artículos del Blog: Si estamos gastando un 7-10% más que el máximo histórico de nuestros ingresos, (ver post), tenemos un problema muy serio que hay que resolver. En el post citado ya comentamos las implicaciones para las Pymes, fundamentalmente menor crédito disponible ya que el que hay lo absorbe el sector público, y riesgo de mayores aumentos de impuestos, perdiendo competitividad.

Además añadió otro aspecto fundamental de porqué el sector público debe disminuir y hacerse más eficiente, la pérdida de competitividad adicional que genera en las empresas españolas. Ocupamos, como país y más o menos, el puesto quince de las economías mundiales, pero nuestros índices de competitividad, (tiempo y coste de abrir una empresa, obligaciones legales, autorizaciones administrativas, etc.), están en puestos cercanos al cien. Claramente nuestra administración debe mejorar y no es difícil hacerlo, (como dice D. Daniel, bastaría con copiar las mejores prácticas de otros países).

El resto de la pérdida de competitividad, pese a lo que en general se suele pensar, tiene más que ver con el tamaño y la estructura empresarial del país que con motivos organizativos o laborales. De hecho citó un estudio en el que se demuestra que, tomando empresas similares, la competitividad de una empresa española y una alemana es muy similar. La diferencia en la competitividad total, (ojo, alrededor de un 30%), se explica por la ineficiencia inducida por el sector público y a la menor presencia de empresas medianas y grandes en España. Tenemos buenas empresas pequeñas, pero necesitamos que muchas de ellas crezcan para obtener más medios y recursos que permiten dan un salto en competitividad. Uno de los primeros pasos para conseguirlo es, claro, exportar

Respecto a la Educación, me gustó mucho su planteamiento, pero más aún su filosofía. Es evidente que nuestro sistema educativo no es bueno, como el informe Pisa y el mercado de trabajo ponen de manifiesto año tras año, pero también es cierto que tres (una de ellas, IE, de la que soy alumno ahora, lo que me enorgullece), de las mejores quince primeras escuelas de negocio del mundo son españolas. Somos lo peor, pero también sabemos ser lo mejor. Nuestros universitarios no tienen la mejor formación, pero tenemos sin duda la capacidad ya demostrada de mejorar y adaptarnos, solo hace falta esfuerzo y querer, por lo que D. Daniel es muy optimista respecto a este punto.

Viajamos entonces al futuro, a las posibilidades de mejorar a corto nuestra estructura productiva y, aquí la gran sorpresa, hay un futuro muy claro y factible, aún no ocupado por otros países, para el que hay que crear las condiciones para que se desarrolle y crezca: La tendencia mundial ha pasado del foco de producción intensiva en mano de obra en países en desarrollo a la producción avanzada ubicada de nuevo en países desarrollados. Esto es evidente en España, por ejemplo, en las inversiones de compañías automovilísticas, pero también del sector del textil. El próximo avance tecnológico a explotar es la digitalización global de los datos de producción, (incluidas las máquinas), y su análisis mediante técnicas de Big Data, BI y Estadística para conseguir mejoras de gestión continuas con reducciones de costes de un potencial de ahorro muy importante. España es un país privilegiado para atraer inversiones en este nuevo modelo, pero hay que poner ya las condiciones para resultar atractivos. Estos dos nuevos sectores tienen potencial para ser motores de empleo en Europa en los próximos 15 años.

Cuando le iba a preguntar si creía que estábamos dando pasos en esa dirección, se adelantó con la respuesta: No lo estamos haciendo.

La reducción del sector público, un menor coste de la electricidad, (pagamos la luz más cara de Europa, exceptuando Chipre y Malta, que además son islas), mejorar la educación universitaria, preparando mejor pero también orientando a nuestros jóvenes a los sectores de futuro y poner las condiciones para que florezcan nuevas Pymes y muchas de éstas puedan crecer, son los factores básicos en los que sustentar una seria recuperación rápida y duradera.

Enhorabuena por su ponencia y muchas gracias por su brillante análisis, D. Daniel.

En este punto me animo a hacer mi apreciación personal: ¿No sería excelente que nuestros políticos, que sin duda deben de saber, (porque ya se lo han dicho), de estas posibilidades de futuro, se pusieran ya manos a la obra?  D. Mariano, no procastine y ponga a su Gobierno y partido a trabajar:

- Informando a las empresas y trabajadores de por donde va a ir el futuro. No tiene que hacer mucho más que ser sincero, realista y estar bien informado, que nosotros nos pondremos a ello.

- Incentivando los estudios en Informática y Estadística, y, (esto sería para nota), revisando los planes de estudio para orientarlos a las necesidades futuras.

- Asegure que no pongan palos en las ruedas, que no oculten información para beneficiar sólo a sus allegados, que entiendan que ayudarnos a todos es ayudarse también a ellos mismos.

Escribía este fin de semana Pedro J. Ramírez en El Mundo que "presenciamos los esfuerzos de una España parasitaria por ahogar a una España nueva que se inicia". Es el mismo análisis que tenemos muchísimos empresarios y trabajadores españoles.
  

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