Nos decía el otro día en el IE Carina Szpilka, ex-presidenta de ING España, que uno de los principales cambios que nos ha traído internet era volver a poner en valor al ser humano, al otorgarnos poder de información, relación y decisión cómo nunca antes habíamos tenido. Me pareció una reflexión muy valiosa de Carina, una de los pocos CEO's que entiende bien las nuevas tecnologías, y que es muy conocida por su cuenta de Twitter, @carinaszpilka .
La idea es muy atractiva, sobre todo a la hora de imaginar el futuro inmediato, por lo paradójico de que el desarrollo tecnológico, del que la primera impresión que tenemos todos es el impacto negativo que está teniendo sobre el empleo, (ya incluso en el sector servicios), lleve en su interior el germen de una nueva sociedad en la que las personas tengamos un papel mucho más preponderante.
Si lo humano va a ser cada vez más importante, ¿le estaremos dando de verdad esta relevancia? ¿nos estamos preparando para ello? Por ejemplo a la hora de diseñar una de las profesiones con mayor desarrollo previsto en los próximos años, "Científico de Datos", ¿tendría sentido formarle también en humanismo, filosofía, sociología o creatividad? La estadística y el manejo de bases de datos se aprenden y existen programas informáticos que permiten aplicar fácilmente técnicas muy complejas; es fundamental conocerlas, pero no parece que puedan aportar ninguna diferenciación por si mismas.
Parece razonable deducir que los "científicos de datos" más capaces de generar diferenciación para sus empresas y clientes serían aquellos que, además de poseer el manejo de las técnicas, posean más creatividad, inteligencia emocional y social, y entendimiento del comportamiento humano, que les ayude a captar más rápidamente las posibles relaciones ocultas en la inundación de datos en la que nos movemos.
La idea es muy atractiva, sobre todo a la hora de imaginar el futuro inmediato, por lo paradójico de que el desarrollo tecnológico, del que la primera impresión que tenemos todos es el impacto negativo que está teniendo sobre el empleo, (ya incluso en el sector servicios), lleve en su interior el germen de una nueva sociedad en la que las personas tengamos un papel mucho más preponderante.
Si lo humano va a ser cada vez más importante, ¿le estaremos dando de verdad esta relevancia? ¿nos estamos preparando para ello? Por ejemplo a la hora de diseñar una de las profesiones con mayor desarrollo previsto en los próximos años, "Científico de Datos", ¿tendría sentido formarle también en humanismo, filosofía, sociología o creatividad? La estadística y el manejo de bases de datos se aprenden y existen programas informáticos que permiten aplicar fácilmente técnicas muy complejas; es fundamental conocerlas, pero no parece que puedan aportar ninguna diferenciación por si mismas.
Parece razonable deducir que los "científicos de datos" más capaces de generar diferenciación para sus empresas y clientes serían aquellos que, además de poseer el manejo de las técnicas, posean más creatividad, inteligencia emocional y social, y entendimiento del comportamiento humano, que les ayude a captar más rápidamente las posibles relaciones ocultas en la inundación de datos en la que nos movemos.
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