¿Emprender o perder?

Está el ambiente como atufado con tanto emprender. Desde la radio, la tele, la prensa, parece que emprender es lo que nos va a sacar de esta atonía, nos va a salvar del paro, de la ruina, del pesimismo, ser emprendedor suena "guay" y si quieres triunfar en reuniones, networkings o convenciones nada mejor que anunciarte como emprendedor; y si puedes poner detrás algún adjetivo como impresión 3D, o drones, (le tengo que preguntar a Vicente ;-) ), igual hasta ligas. Si estás pensando lo que yo, lo siento pero BI empieza ya a cansar y no funciona para eso.

Todo esto es pura filfa, palabrería hueca, hay que decir la verdad si queremos ayudar a quién nunca ha emprendido y quiere meterse a ello, sea al nivel que sea, desde abriendo una cafetería a diseñando una impresora 3D para genes.

1. Emprender es muy "jodido". 
Muy quiere decir "muy mucho". Requiere un esfuerzo personal que no es comparable con el trabajo más duro que hayas tenido, pero además ya no te libras de él, te acompaña los fines de semana, las vacaciones. A medida que el negocio funcione, podrás ir mejorando en este aspecto, pero esto no suele ocurrir rápido.

Y puedes tener que hacer además un esfuerzo económico. Ten en cuenta que el periodo de recuperación de la inversión inicial difícilmente se da en el primer año. Esto supone que vas a tardar más de un año tan solo en recuperar el dinero que te has gastado, y en ese año tienes que vivir, por lo que lo debes tener en cuenta en tu planificación. He visto nacer muchísimas Pymes y esto es casi una ley: Los negocios que van bien desde el principio suelen requerir una inversión "seria", la hagas desde el inicio u obligado por el crecimiento del negocio. En roman paladino, aunque triunfes y veas el dinero revoloteando a tu alrededor, poco se meterá en tu bolsillo en los primeros años.

2. Emprender es una actitud de vida.
Puedes tener una gran idea, pero llevarla a cabo, convertirla en negocio, requiere claridad con uno mismo, no hacerse trampas en el solitario, tener humildad para reconocer fracasos y fuerza para levantarse después de cada revés que te vas a llevar. No basta con levantarse una mañana "lanzado", hay que pensarlo mucho y de forma muy crítica. Aunque siempre hay riesgo en la decisión, madurarlo ayuda.

3. España no es un país para emprendedores.
Hay que decirlo bien claro, pese a toda la propaganda. Que tengan tanta importancia y complejidad los temas fiscales, legales y administrativos, hace perder mucho tiempo, genera inseguridad sobre la capacidad de dirección, desmotiva, supone un coste adicional y la exagerada presión fiscal entre sociedades mercantiles y personales se acaba convirtiendo en un elemento de gestión, distrayendo del foco en el negocio. El contexto tampoco ayuda: en nuestro sistema escolar abundan los tópicos baratos contra los empresarios (si, aunque le cambiemos el nombre, un emprendedor es eso), y desde algunas cadenas de TV y radio se sigue planteando una supuesta lucha "trabajador-empresario", (no hay mas que ver el éxito de ideas tan rancias y fracasadas como las de "Podemos"); aunque al final este "dirigismo" nos afecta muy poco en la vida real, tampoco ayuda a desarrollar nuevos negocios.

Claro que también tiene cosas buenas, pero eso ya lo iréis descubriendo ;-) .

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