El AVE frente a la Política y los Medios


La que se ha montado con el AVE ha sido “la mundial”. Como con tantas otras cosas en este país hemos visto las teles y radios inundadas de “expertos” que una semana saben todo del AVE, la siguiente de terrorismo y la anterior de aviación; en la prensa decenas de artículos de opinión, de expertos, de economistas y periodistas; y en política a economistas de prestigio diciendo que si llegan al poder van a cortar, - así, porque les apetece y deben creer que así nos demuestran que han nacido para mandarnos -, cualquier inversión adicional en AVE, sea la que sea. Esto no es baladí, ya que se generan a sabiendas estados de opinión que complican después aplicar un mínimo de raciocinio en la Administración Pública.
Cómo estamos tan saturados de información y publicidad, las opiniones tienen que ser contundentes y excluyentes para que tengan efecto, (nada nuevo bajo el sol), pero uno tiene la impresión de que en España, quizá por ser una democracia bastante joven, la gente “normal” J caemos en la trampa más de la cuenta. En fin, con tanto machaque vamos a ser una democracia madura en tiempo record .
El nivel de las críticas y comentarios que he visto, oído o leído es bastante pobre y casi siempre interesado. Un economista en la radio decía que era bueno abrir estos debates, y estaría de acuerdo con él si el debate se planteara seriamente, con datos y hechos, en lugar de buscando polarizar a la sociedad con mensajes engañosos.



HECHOS

Rentabilidad de la Actividad del AVE
La actividad del AVE (con todos sus costes, el personal de Renfe, los trenes, su amortización y mantenimiento, y el pago por el uso de las infraestructuras es bastante rentable (grosso modo en torno a un 30% de margen). Hay además potencial de crecimiento de uso en las líneas de Sevilla, Valencia-Alicante y Málaga, no tanto en la de Barcelona. Es irrelevante ponerse a comparar con otros países, (con orografías, población y condicionantes muy diferentes), la inversión está hecha y la actividad es rentable, por lo que la mejor decisión es continuarla, ajustar costes y promocionar el uso para que siga siendo igual de rentable o más. Y no hay más discusión posible. Por cierto, el AVE no lo usan sólo hombres de negocios, lo usa todo el mundo que necesita viajar y cada vez más; es puntual, rápido, cómodo y comparado con el coche o el avión tiene un precio razonable.

Coste de Construcción de las Líneas
En estos costes de Renfe y Adif comentados en el punto anterior no se tiene en cuenta el coste de la construcción de las líneas. El margen comentado del 30% debería servir para ir devolviendo esta inversión inicial, pero, (y aquí está el problema), van a tener que pasar grosso modo entre 60 y 100 años (dependiendo de lo que viajemos en él) para recuperarlo.
La valoración de si entre 60 y 100 años es mucho tiempo o no si es opinable, y caben argumentos a favor y en contra. Aún así, es evidente que la inversión se realizó cuando en España se pagaban comisiones por doquier, se multiplicaban los costes proyectados cada 3 meses, y todo se tenía que hacer muy rápido, (y ya sabemos que la rapidez también se paga) y sin control. Evidentemente, la inversión en sí, (con una orografía muy complicada por ejemplo respecto a Francia), ya es de por sí cara, y es seguro que se pagó bastante de más de lo debido por la rapidez, las corrupciones y la falta de control. Pero hoy ya está hecho, pagado, y no se puede revertir, así que aquí tampoco hay más discusión posible.

¿Hay que seguir construyendo líneas?
Aquí sí que se puede debatir y discutir, cuanto más mejor. Pero a quienes han generado el lío, como Garicano, el economista de Ciudadanos, no les interesa el debate y prefieren adoptar posiciones radicales. Esta forma de actuar es sencillamente ridícula e indigna de quienes nos tienen que representar en la nueva etapa de mayor transparencia pública que todos deseamos. Empecinarse en tener un AVE a 300 Km/hora en todos los puntos de España tampoco sería razonable, pero por suerte no veo a este Gobierno en esta tesitura por ahora.    
España es un territorio inmenso y con una orografía difícil, no tenemos petróleo, nuestra red de tren normal está obsoleta, su ancho no permite conexiones directas con Europa, (a excepción del AVE), los tiempos de conexión entre ciudades son tan largos y se producen tantas incidencias que la gente no lo considera como una opción. A nivel de transporte de mercancías, pasa lo mismo, con líneas que al no ser dobles o no estar electrificadas sólo pueden usarse con grandes restricciones, falta de accesos a puntos logísticos clave, y problemas en la conexión directa con Europa. No nos podemos permitir no tener un sistema ferroviario, así que las inversiones van a ser obligatorias, y mejor hacerlas bien que no hacerlas.   
Sabemos, a todos los niveles, empresas y administración, lo que hemos hecho mal, tenemos datos de uso, márgenes y coste de la actividad, así como una gran experiencia, no hay excusa para estudiar nuevos proyectos de modo riguroso y, por ejemplo, sacrificar prestaciones en determinados puntos que permitan rebajar costes y asegurar la recuperación de la inversión, valorando además las ganancias en tiempo y servicio respecto de lo que ya existe.

El pasado no se puede cambiar, pero hoy la realidad es que tenemos un diamante en bruto.  ¿Vamos a permitir que se destruya por cuestiones partidistas o vamos a aprovecharlo lo mejor posible?    

Comentarios