Buenos tiempos para la lírica

Corren buenos tiempos para el Big Data, y casi cada día encontramos en la prensa noticias similares a esta de El Confidencial, "Los datos de tu móvil sirven para clavar la tasa de paro a 4 meses", o las archi-repetidas historias del padre que se entera por los hábitos de compra en el supermercado de su hija en que ésta está embarazada, o el banco que detecta al marido infiel por cambios en sus patrones de gasto.

Se sabe también que los gobiernos, y/o sus agencias de inteligencia, tienen programas muy elaborados destinados a controlarnos a través de medios digitales, (aquí).

El terreno está virgen, los usuarios somos mayormente personas que no conocieron un ordenador hasta su adolescencia y, por las cosas que se aún leen por ahí, queda todavía mucha incauto o ignorante tecnológico que no es consciente de para qué puede servir la información electrónica que genera, lo que hace que gran cantidad de datos sean fiables. 

Pero basta hablar con adolescentes y/o jóvenes para saber que esto cambia muy rápido. Ellos son en general absolutamente conscientes de las implicaciones de sus acciones en la red, los ordenadores y en los móviles. No va a ser fácil que se les cuele un troyano, (es más fácil que se lo cuelen ellos a sus padres), o que den pistas en las redes sociales que puedan servir para marcarles de alguna manera. También los "mayores" aprendemos algo, claro, pero es otra cosa, ;-) 

Esta conciencia tecnológica podría generar drásticos nuevos patrones de conducta como respuesta a un excesivo control o simplemente a la percepción que de este control podamos tener los humanos, con una pérdida progresiva del valor de la información. 

Con un ejemplo "criminal" sencillo quizá se entienda mejor lo que quiero decir: A cada noticia de Telediario en que los movimientos de un malechor, (digamos un terrorista), han sido seguidos a través de su móvil, se están reduciendo exponencialmente las posibilidades de que en casos posteriores los malvados sean tan estúpidos de llevarse el móvil para practicar sus fechorías. De hecho, lo esperable es que incluso intenten actuar a la inversa, y usen sus móviles para generar coartadas falsas. 

Cualquier proyecto en BI o Big Data debe comenzar a pensar en asumir los valores éticos imperantes en la sociedad, ya que de no ser así correrá cada vez más riesgo de ser dejado de lado rápidamente por sus clientes y usuarios. Pensemos por ejemplo en ventas de información a terceros, o uso agresivo de datos de nuestros clientes, aún con su autorización, para fines publicitarios. Pienso que esta evolución va a abrir también nuevas áreas de negocio por explotar basadas en una certeza de confidencialidad.

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