En este mundo de la post-verdad y las guerras de marketing, los
bombardeos de información sobre un producto o servicio nos vuelven desconfiados.
Todos tenemos experiencias previas que nos condicionan: la leche de vaca era
muy buena ayer y ahora es mejor ni olerla, o que beber un vaso de vino al día
te volvía más sano, y hoy resulta que ya no tanto 😉.
¿Está ocurriendo lo mismo con la Inteligencia de Negocio? Pues
parece que no, que no es ningún bluff y que ha venido para quedarse.
La inversión de las empresas españolas en Inteligencia de Negocio,
(Bussines Intelligence o BI), alcanzó en 2016 un crecimiento del
6%, para una inversión total de 191 millones de euros,
aproximadamente el 1% de la inversión mundial en BI (estimada por Gartner en
18.300 millones de dólares). La misma consultora estima un crecimiento
mundial del gasto en BI del 25% en los próximos tres años, lo
que para España podría suponer un incremento cercano a los 50 millones de euros
en el mismo periodo.
Ni las cifras ni las previsiones de crecimiento son fruto de la
casualidad. Son el resultado de que cada vez más empresas reconocen el
valor que el BI aporta a su organización y estrategia.
Por otra parte, por el lado de la oferta, en España existe un mercado segmentado
y competitivo, donde los "big players" Oracle, Sap, Microsoft, SAS e
IBM se reparten un poco más de la mitad del mercado, (57%), y el resto de
proveedores, (entre los que destacan Qlik, Tableau
y Microstrategy), comparten una cuota del 42%, lo que, al menos por el momento,
parece un buen escenario para la contención de los precios de licencias
y mantenimiento.
Contribuyendo a esta necesidad de crecimiento, en algunas de las
consultoras tecnológicas estamos trabajando en mejorar nuestra adaptación
a las diferentes necesidades y recursos de las organizaciones. En Golive concretamente, estamos desarrollando BI’s sectoriales
y departamentales en las plataformas más habituales del mercado para
fomentar que nuestras empresas lo conozcan y lo usen antes que sus
competidores.
Personalmente creo que estas expectativas de crecimiento se van a
cumplir; la verdadera importancia del BI para las empresas y
organizaciones va mucho más allá de sus inherentes utilidades. Las
organizaciones que en los próximos años no hayan avanzado inteligentemente en
estrategia digital van a perder una gran
parte de su capacidad competitiva, sea cual sea su tamaño y el sector en el que
operen y es justo en los primeros pasos del proceso de digitalización
cuando el BI desempeña un rol fundamental, puesto que:
1) Facilita la toma de decisiones basada en datos.
2) Acostumbra a la organización a trabajar con la integración
de diversas fuentes de datos y a plantearse nuevas necesidades.
3) Fomenta la cultura del dato entre los empleados,
estimulando su participación y análisis.
4) Favorece la rápida integración del Internet de las cosas,
(IoT), y de aplicaciones de Machine Learning, (clusterización de clientes o
productos, optimización de cargas, rutas o procesos y predicción).
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